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Estonia es una "República Digital": qué significa y por qué puede ser el futuro de todos

Los ciudadanos de Estonia, una pequeña nación de la región del Báltico, quizá estén especialmente perplejos: desde 2005, los estonios pueden votar por Internet desde cualquier parte del mundo. Los estonios se conectan con su documento de identidad digital y votan tantas veces como quieran durante el periodo previo a la votación, y cada voto anula el anterior. Esta solución tecnológica única ha salvaguardado a los votantes estonios contra el fraude, el uso de la fuerza y otras manipulaciones del voto a distancia que muchos votantes estadounidenses temen en las elecciones estadounidenses de 2020.


Votar en línea es sólo el comienzo. Estonia ofrece los servicios gubernamentales en línea más completos del mundo. En Estados Unidos, un contribuyente medio sin ingresos comerciales tarda ocho horas en presentar su declaración de la renta. En Estonia, sólo tarda cinco minutos. En el Reino Unido se han gastado miles de millones de libras en tecnologías de la información y, sin embargo, el Servicio Nacional de Salud sigue luchando por hacer accesibles los datos de los pacientes en los distintos centros sanitarios. En Estonia, a pesar de contar con múltiples proveedores de servicios sanitarios privados, los médicos pueden cotejar y visualizar los historiales de los pacientes cuando y donde sea necesario, con el consentimiento de los pacientes, una verdadera ayuda en la lucha del país contra el coronavirus.


Estonia, que se autodenomina la primera "república digital" del mundo, ha digitalizado el 99% de sus servicios públicos. Y, en una época en la que la confianza en los servicios públicos está disminuyendo en todo el mundo, Estonia obtiene persistentemente uno de los índices más altos de confianza en el gobierno de la UE. El gobierno estonio afirma que esta digitalización de los servicios públicos ahorra más de 1.400 años de trabajo y el 2% de su PIB anualmente.


El salto del tigre


En un movimiento radical, el gobierno -que tenía una edad media de 35 años- también decidió no adoptar las tecnologías occidentales. La vecina Finlandia ofreció una central telefónica analógica como regalo y el gobierno estonio la rechazó, ya que pensaba comunicarse por Internet en lugar de por teléfono analógico.



El gobierno de Estonia puso en marcha un proyecto llamado Tiigrihüpe (Salto del Tigre) en 1997, con una fuerte inversión en el desarrollo y la expansión de las redes de Internet y la alfabetización informática. Un año después de su puesta en marcha, casi todas (el 97%) las escuelas estonias tenían acceso a Internet y, en 2000, Estonia fue el primer país en aprobar una ley que declaraba el acceso a Internet como un derecho humano básico. En 2001 se empezaron a construir puntos de acceso wi-fi gratuitos, que ahora cubren casi todas las zonas pobladas del país.


El gobierno también entendió que, para crear una sociedad basada en el conocimiento, la información debe compartirse de forma eficiente y mantener la privacidad. Se trata de una idea radical incluso en el contexto actual, cuando en la mayoría de los países el intercambio de datos entre las bases de datos de diferentes organizaciones sigue siendo limitado. Se prevé que para 2022, el 93% del total de los datos recogidos o almacenados en el mundo serán datos "oscuros" o en silos.


Hace dos décadas, en 2001, Estonia creó un sistema de gestión de datos antisilo llamado X-Road, a través del cual las organizaciones públicas y privadas pueden compartir datos de forma segura manteniendo la privacidad de los mismos mediante criptografía. Inicialmente desarrollado por Estonia, el proyecto es ahora una colaboración conjunta entre Estonia y Finlandia.


Gobierno de la cadena de bloques


La tecnología de libro mayor distribuido, comúnmente conocida como blockchain, es la tecnología en la que se basa la criptomoneda Bitcoin. La tecnología ha avanzado mucho desde su creación en 2009 y ahora se utiliza para diversas aplicaciones, desde las cadenas de suministro hasta la lucha contra la injusticia.


Blockchain es un sistema de base de datos o libro mayor distribuido de código abierto en el que una copia actualizada de los registros está disponible para todos los interesados en todo momento. Debido a esta naturaleza distribuida, es casi imposible que una sola persona o empresa piratee el libro de contabilidad de todos, lo que garantiza la seguridad contra los ciberataques.




La implantación de la tecnología blockchain no sólo garantiza la protección contra cualquier ataque futuro, sino que también supone muchas otras ventajas para los estonios. Por ejemplo, en la mayoría de los países los ciudadanos tienen que rellenar muchos formularios diferentes con la misma información personal (nombre, dirección) cuando necesitan acceder a los servicios públicos de diferentes organismos gubernamentales. En Estonia, los ciudadanos sólo tienen que introducir su información personal una vez: el sistema de cadena de bloques permite que los datos pertinentes sean inmediatamente accesibles para el departamento requerido.


Esto puede asustar a la gente preocupada por la privacidad de los datos. Pero los ciudadanos, y no el gobierno, son los dueños de sus datos personales en Estonia.


Los ciudadanos tienen una tarjeta de identificación digital y aprueban qué parte de su información puede ser reutilizada por cada servicio público. Los estonios saben que ni siquiera los funcionarios del gobierno pueden acceder a sus datos personales más allá de lo aprobado por ellos para el servicio público requerido.


Cualquier intento no autorizado de acceder a los datos personales será identificado como no válido: de hecho, en Estonia es un delito penal que los funcionarios accedan sin autorización a los datos personales. Esta transferencia de la propiedad y el control de los datos personales a los individuos se ve facilitada por la tecnología blockchain.


Esto debería ser una inspiración para el resto del mundo. Es cierto que la mayoría de los países no tienen circunstancias similares a las de la Estonia postsoviética cuando se introdujo el Tiger Leap. Pero se requiere la misma mentalidad futurista para abordar el reto de la disminución de la confianza..


Fuente: sigularityhub.com

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