Conseguir barras completas en tu conexión 5G, ¿supondrá que te pillen los cambios meteorológicos repentinos?
La pregunta puede parecerte hipotética, absurda incluso, pero está en el centro de las continuas disputas entre meteorólogos y empresas de telecomunicaciones. Todos los demás, incluidos usted y yo, estamos atrapados en el medio, deseando tanto las velocidades de conexión más rápidas del 5G como la información precisa sobre nuestro tiempo cada vez más impredecible. ¿Por qué no podemos tener ambas cosas?
Tal vez sí, pero debido a la forma en que funcionan las redes 5G, es posible que se necesite una tecnología especial, concretamente, la inteligencia artificial.
La preocupación por el ancho de banda
En todo el mundo se están desplegando ya las primeras redes 5G. Las redes utilizan una serie de frecuencias para transmitir datos hacia y desde los dispositivos a velocidades hasta 100 veces más rápidas que las redes 4G existentes.
Uno de los anchos de banda utilizados está entre 24,25 y 24,45 gigahercios (GHz). En una reciente subasta de la FCC, las empresas de telecomunicaciones pagaron un total de 2.000 millones de dólares por los derechos de uso del 5G en este espectro en Estados Unidos.
Sin embargo, a los meteorólogos les preocupa que las transmisiones cerca del extremo inferior de ese rango puedan interferir con su capacidad para medir con precisión el vapor de agua en la atmósfera. Wired informó de que el jefe en funciones de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), Neil Jacobs, dijo al Subcomité de Medio Ambiente de la Cámara de Representantes de EE.UU. que las interferencias del 5G podrían reducir sustancialmente la cantidad de datos meteorológicos que pueden recoger los satélites. Como resultado, la precisión de las previsiones podría disminuir hasta un 30%.
Entre las consecuencias, podría haber menos tiempo para prepararse para los huracanes y podría ser más difícil predecir la trayectoria de las tormentas. Debido a la interconexión de los patrones meteorológicos, los problemas de medición en un lugar pueden afectar también a otras zonas. La falta de datos atmosféricos precisos en EE.UU. podría, por ejemplo, hacer que las previsiones de los patrones meteorológicos en Europa fueran menos precisas.
El juego de los números
El vapor de agua emite una débil señal a 23,8 GHz. Los satélites meteorológicos miden las señales y los datos se utilizan para medir los niveles de humedad atmosférica. Los meteorólogos han expresado su preocupación por el hecho de que las señales 5G en el mismo rango puedan perturbar esas lecturas. El problema es que sería casi imposible saber si una señal es vapor de agua o una señal 5G errante.
Además, las perturbaciones del 5G en otras bandas de frecuencia podrían dificultar aún más las previsiones. La lluvia y la nieve emiten frecuencias en torno a 36-37 GHz. 50,2-50,4 GHz se utilizan para medir la temperatura atmosférica, y 86-92 GHz las nubes y el hielo. Todo lo anterior se está estudiando para las señales 5G internacionales. Algunos han advertido que las consecuencias más amplias podrían hacer retroceder las previsiones meteorológicas a la década de 1980.
Las empresas de telecomunicaciones y las organizaciones de interés han replicado diciendo que los sensores de clima no son tan susceptibles a las interferencias como temen los meteorólogos. Además, los dispositivos y las señales 5G producirán muchas menos interferencias en las previsiones meteorológicas de lo que predicen organizaciones como la NOAA. Dado que se han llevado a cabo muy pocas investigaciones científicas para examinar las afirmaciones de ambas partes, parece que nos encontramos en una situación de "esperar y ver".
Cómo podría ayudar la IA
Gran parte de la conversación sobre la posible influencia del 5G en las futuras predicciones meteorológicas se centra en los teléfonos móviles. Sin embargo, los teléfonos no son ni mucho menos los únicos sistemas que recibirán y transmitirán señales en 5G. Los coches autoconducidos y el Internet de las cosas son otras dos tecnologías que pronto podrían depender en gran medida de señales inalámbricas más rápidas.
Es probable que las zonas densamente pobladas sean las mayores emisoras de señales 5G, lo que lleva a sugerir que sólo se recojan datos de vapor de agua sobre los océanos.
Otra opción es desarrollar enfoques de inteligencia artificial (IA) para limpiar o procesar los datos meteorológicos. La IA está desempeñando un papel cada vez más importante en la previsión meteorológica. Por ejemplo, en 2016 IBM compró The Weather Company por 2.000 millones de dólares. El objetivo era combinar los modelos y datos de las dos empresas en Watson de IBM para crear pronósticos más precisos. La IA también sería capaz de predecir el aumento o la caída de los ingresos de las empresas debido a los cambios meteorológicos. Monsanto también ha estado invirtiendo en IA para hacer previsiones, en este caso para proporcionar predicciones meteorológicas relacionadas con la agricultura.
Fuentes
Singularityhub.com
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