El impulso para alejarse de los motores de combustión y pasar a los vehículos eléctricos es cada vez más fuerte, con estados de EE. UU. y varios países que prohíben la venta de automóviles a gasolina después de una fecha determinada, brindan incentivos fiscales para pasar a los eléctricos, o ambos. Pero los vehículos personales son solo una parte (aunque significativa) de la ecuación. El transporte público también deberá ser ecológico. Alemania ha dado un paso hacia este imperativo al poner en marcha los primeros trenes propulsados por hidrógeno del mundo.
Las pruebas de los trenes comenzaron hace cuatro años y su fecha de implementación inicial estaba prevista para 2021. La pandemia aplastó esa línea de tiempo, pero a fines del mes pasado, Alstom, la compañía francesa que fabrica los trenes, anunció el inicio del servicio de pasajeros.
Cinco trenes Coradia iLint comenzaron a transportar pasajeros en agosto y nueve más reemplazarán a los trenes diésel que circulan actualmente en una ruta en Bremervörde, Baja Sajonia, a fines de este año.
Los únicos subproductos de la operación de los trenes son vapor y agua; cualquier calor generado se usa para ayudar a alimentar sus sistemas de calefacción y aire acondicionado. Tienen un alcance de 1000 kilómetros (621 millas), lo que significa que pueden funcionar con un solo tanque de hidrógeno durante un día completo. Su velocidad máxima es de 140 kilómetros por hora (87 millas por hora), pero sus velocidades promedio son más bajas que esto.
El hidrógeno es una fuente de energía prometedora pero complicada. Su densidad de energía es casi tres veces mayor que la de la gasolina en masa, pero en volumen es mucho menos densa, lo que significa que debe comprimirse para obtener más energía del mismo volumen. 1 kilogramo de combustible de hidrógeno puede impulsar un tren durante la misma cantidad de tiempo y distancia que alrededor de 4,5 kilos de diésel.
Si bien el combustible de hidrógeno se quema limpio, en realidad es tan verde como la fuente de generación de electricidad utilizada para producirlo. El método utilizado actualmente para generar la mayor parte del hidrógeno es el reformado de gas natural , que sí emite CO2.
La empresa química alemana Linde está gestionando una estación de servicio de hidrógeno para los trenes . Cuenta con 64 tanques de almacenamiento de alta presión, 6 compresores de hidrógeno y 2 bombas de combustible. El proceso de recarga de combustible le da al hidrógeno una gran ventaja sobre el transporte que funciona con baterías, es decir, es rápido, al igual que el bombeo de gasolina o diesel en un tanque. Aunque el Coradia iLint funciona principalmente con hidrógeno de celdas de combustible, también tiene baterías de iones de litio a bordo para almacenar energía adicional.
Al igual que los vehículos eléctricos son más silenciosos que los de gasolina (para bien y para mal ), los trenes de hidrógeno son mucho más silenciosos que sus contrapartes con motor de combustión.
Dado que hay más de 4.000 trenes diésel circulando solo en Alemania, convertir solo 14 de ellos a hidrógeno parece una gota en el océano. Sin embargo, es un comienzo y hay planes para que los trenes se expandan a otras partes de Alemania y Europa: Frankfurt ordenó 27 trenes para su área metropolitana, Francia tiene la intención de desplegar 12 y la región del norte de Lombardía en Italia comenzará con 6.
Fuente
singularityhub.com
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